martes, 22 de agosto de 2017

Trabajando en el Hospital Guayaquil

Una vez más aquí, que interesante es dejar pasar un tiempo para volver a escribir es como dejar pasar el cassette y hacer pausa después de haber transcurrido otro capitulo; asi es como se siente tener que hacer un resumen de los acontecimientos, en fin es fácil recordar lo difícil es expresarlo de tal manera que sea de la misma forma que se sintió.

Hoy estoy escribiendo desde el escritorio en la sala de mi departamento en el lugar donde mi papá arregló para poner su primer y único negocio de comida y el lugar que nos dio de comer en los momentos más difíciles, de esto recuerdo el entusiasmo de Manuelito al hacer todos los preparativos para que el lugar quede perfecto, entre esto la pintura(en una parte de la pared puso mi nombre dos veces), un letrero, espejos, repisas y cerámica; este era la parte de la casa que mejor se veía y en mi infantil pensar decía "cómo me gustaría que viviéramos en esa pieza" cuanto añoro esos tiempos, nadie mas me hacia sentir especial que mi viejo, el que todo lo hacía a su manera, al momento y manualmente si era posible; como cuando quise una "espada del augurio" famosa en esa temporada por el programa "los thundercats" o cuando me hacía correr en mi propio terreno o alrededor de la mesa redonda de la sala para reír juntos al final de la carrera o burlarse de mis malos movimientos de cadera en el baile del macarena cuando mi abuela me decia con su voz de capitan que baile, porque cuando ella decia eso se hacia, cuánto me encantaría que esté aquí para mostrarle lo parecido que son mis intereses y decirle gracias por esas habilidades heredadas en mi sangre las cuales me sacan de algunos apuros y en especial decirle cuanta falta me hacen esos viajes largos imprevistos cuando en su trabajo al estar conmigo le tocaba salir, o aquella noche en la que me toco dormir en un departamento de su trabajo (UP4-GUAYAS) y me acomodo solo en una cama a lado de la suya, él se levantó a apagar la lúz y sintio que tuve miedo, entonces me dijo quieres dormir conmigo y pegamos las dos camas, dormimos juntos esa noche.

Paso algun tiempito de que me gradué de la universidad, muchos planes en mi cabeza pero poco presupuesto para lograrlo, lo bueno es que no pierdo el entusiasmo en mi, carrera mirar de otra manera la conducta humana y especializarme en algo en particular no deja de ser mi meta. Cuando trabajé con mi suegro en la camaronera pensé que todo iría bien pero algunos inconvenientes me dejaron otra vez en suspenso y al igual que cuando regrese de mi misión en chile el primero que vino a mi mente es mi querido primo casi hermano William que en su inmadurez divina hace olvidar los efectos de la angustia y gracias a él estoy nuevamente trabajando en la Clínica Guayaquil aquí tengo la oportunidad de ganar experiencia al relacionarse con el paciente antes y después de una cirugía, la autorización me la dio mi tío el Dr. Valencia un dia comiendo en el "Asadero Luigi". ahora me encantaría poder decir algo de mi amado tío Vicente, el es muy diferente pero en rasgos físicos a veces es como si estuviera viendo a mi padre y trato de hacer la relación a veces pero son pocas las cosas que conectan, me gusta tratar de ver a Manuelito en su rostro y sigue siendo pesado el gen de las habilidades manuales, congeniamos perfecto en el tratar de arreglar cosas, nos entusiasmamos comprando repuestos y sentimos placer al ver funcionar algo ahora que también es importante el hecho de que a veces el deseo se incrementa más cuando es para ahorrar algunos centavos y últimamente me doy cuenta que usa una palabra que solia usar mucho mi padre que es: "lógico", al salir de la boca de mi tío me dice que lo tenia en alta estima y respetaba mucho, ya que muchas veces lo venia a ver para arreglar algo en la clinica.

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